Raúl Mazza celebra junto a sus compañeros su gol de Racing.
El Progreso sufrió un nuevo golpe. En el debut del “Vasco” Echeverría como entrenador, cayó de local ante el sólido Racing de Carhué, que se impuso 2 a 0 con goles de Raúl Mazza, el mejor del partido, y Facundo Olavarría.
Técnico que debuta... no gana. Al menos eso sucedió esta vez en Pueblo Santa María, donde El Progreso ni siquiera pudo reanimarse con el cambio de entrenador y terminó dejando ante su gente otra pálida imagen ante un sólido Racing Club de Carhué, que se reencontró con el triunfo en esta séptima fecha del torneo Clausura de la Liga Regional de Fútbol.
El equipo carhuense, que se mantiene como puntero de la zona C, se impuso 2 a 0 con goles de Mazza y Olavarría y le aplicó otro golpe duro al elenco dirigido ahora por Carlos Echeverría, que no logra despegar y sigue mostrando un bajo nivel.
La estrellita consiguió una buena victoria. Se mostró, aunque sin brillar, como un equipo sólido, expeditivo y con muy buenas individualidades que puede convertirse tranquilamente en un animador en serio del campeonato.
El partido no fue bueno de arranque. En realidad, nunca terminó de convertirse en un gran espectáculo, pero al menos, con casi toda la historia transcurrida, en el segundo tiempo se animó un poco y ganó en emotividad cuando a Racing le quedó servido el contraataque ante un equipo local expuesto y descompensado.
Pero en el principio quedaron en deuda. Los carhuenses amagaron con ser protagonistas cuando Olavarría se desprendió por derecha y sacudió de derecha, de primera y desviado. Fue sólo una insinuación.
Lo mejor de El Progreso se hizo esperar. Recién con el primer cuarto de hora cumplido, el equipo de Echeverría (debutó como DT tras la renuncia de Hernán Vidal) llevó peligro hacia el área enemiga. Schilereff, retrasado, abrió para Scheffer, quien fue hasta el fondo y envió un centro al área; tras un despeje a medias le quedó nuevamente al Pitu, que entró a la carrera y remató apenas desviado.
El partido era chato y con muchas imprecisiones. En ese contexto, Racing, apoyado en la gran capacidad de Mazza para distribuir y en el atrevimiento de Herrera para comandar, tuvo más la pelota, aunque no supo lastimar. Y El Progreso, con sus limitaciones a cuestas, se las ingenió para estar más cerca del gol.
Una pelota quieta le sirvió al local para disimular su anemia ofensiva. Desde allí un centro de Sebastián Silva propició un buen cabezazo de Schilereff que buscaba ángulo, pero el seguro Saad contuvo. Otra buena chance tuvo Scheffer, esa vez partiendo desde la derecha. Se metió en el área, se fue perfilando para la zurda y remató abajo, pero la pelota pegó en el palo y ni Schilereff ni Graff pudieron empujar el rebote al gol.
Racing, criterioso pero inofensivo, recién culminó un ataque sobre los 38m gracias a las libertades que le dio El Progreso para que busque alternativas por el flanco derecho. Fue cuando Nievas se soltó por esa banda y mandó un centro bien pasado; Olavarría cabeceó y el balón pegó en la parte externa del palo y se fue. Heuman tenía todo controlado.
Estrellita encendida
El segundo tiempo fue de Racing, casi exclusivamente. Es que el equipo de Mildemberg marcó una diferencia rápida y el Progre se desesperó y fue perdiendo minuto a minuto su compostura.
En esa etapa complementaria el hábil Herrera tuvo mayor libertad para maniobrar y guiar a su equipo. También apareció con mayor frecuencia Facundo Olavarría, también clave para las aspiraciones de la estrellita carhuense.
La apertura del marcador llegó a los 8 minutos. Tras un corner la pelota le quedó a Olavarría, quien sacó un fortísimo remate que pegó en el travesaño y luego en el suelo bien cerca de la raya de sentencia. Todo Racing interpretó que la pelota picó adentro y pidió unánimemente por el gol. Mientras tanto, Raúl Mazza atropelló como una tromba, fusiló a Heuman y puso a festejar a los suyos.
A partir de allí se vio lo mejor del conjunto de carhué. Un cabezazo esquinado de Alessio que Heuman atajó en gran reacción, y una arremetida de Alessio (pifió el remate de cara a Heuman) evidenciaron el buen momento de Racing, que ya más suelto en su juego empezó a justificar la diferencia en el marcador.
Echeverría, en busca de mejores opciones, mandó a la cancha a Schwerdt (salió Schneider). El Progreso, obligado, se expuso demasiado en defensa y le dejó a Racing, vertiginoso del medio hacia adelante, la puerta abierta para el contraataque.
Algún rédito le trajo el cambio al equipo local ya que a los 23m el ingresado Schwerdt sacó un tiro bien direccionado desde el borde del área que Saad, controló. Los de Santa María empujaron a su manera. Y un tiro libre frontal y filoso de Sebastián Silva que nadie llegó a peinar complicó a Saad, a tal punto que la pelota dio en el palo.
El envión progresista pasó y Racing volvió a dominar. En una contra letal, con El Progreso totalmente desequilibrado, Facundo Olavarría recibió un centro atrás y anotó el segundo gol de su equipo.
A el Progreso se le abrió una hendija de esperanza cuando a los 31m. Shiel fauleó a Scheffer cuando este entraba al área y Gabriel Schwab, de un arbitraje tranquilo, sin problemas, cobró penal. Gustavo Schilereff, empeñoso pero al igual que sus compañeros de ataque, de escasa gravitación, se hizo cargo de la ejecución. El remate, violento, fue a la derecha de Saad, que se exigió, fue a ese lado y atajó brillantemente. El arquero fue una de las grandes figuras del equipo carhuense.
Fue el golpe definitivo para El Progreso, que ya no tuvo fuerza ni ideas para ir en busca del gol que le permita seguir metido y con chances de quedarse con algo. Racing no goleó sólo por su ineficacia en los metros finales. Igual, ya todo estaba hecho. El triunfo mantiene a la Academia arriba, bien perfilado para pensar en una clasificación con privilegios. Para El Progreso, aunque todavía falte mucho y las diferencias sean exiguas por la paridad de la zona, el panorama es poco alentador. Sigue siendo un equipo sin identidad ni juego que deambula en el fondo de la tabla. Echeverría deberá trabajar y mucho para intentar cambiar el rumbo. De lo contrario, los golpes duros como el de ayer, el del domingo pasado o el del clásico, serán moneda corriente
Juan I. Mailland
A dos voces
Ramiro Geringer: “No nos salió nada. Empezamos bien, pero de a poco nos fuimos desordenando. No quiere entrar la pelota, hasta erramos un penal. Hay que seguir trabajando, meterle para adelante, todavía queda mucho. Hay que tener un poco más de entrega y orden. Y si no hacemos goles no vamos a ganar nunca. Está difícil, cada vez estamos más complicados.”
Raúl Mazza: “Nos costó en el primer tiempo, en el segundo lo pudimos abrir y ya con el gol después pudimos manejar mucho más la pelota. Nos falta madurar, somos un equipo joven. Nos cuesta tener la pelota, a veces nos falta picardía. Tengo mucha confianza en el equipo, en que podemos andar muy bien. La idea es entrar entre los primeros tres, vamos bien”.
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